Los últimos zares
En 1917, El zar de Rusia, Nicolás II, se vio forzado a abdicar. Este acontecimiento marcó el fin de varios siglos de gobierno imperial autocrático, y la monarquía desapareció cuando el zar y su familia fueron asesinados en misteriosas circunstancias por los bolcheviques.
En esta obra Virginia Cowles nos cuenta la trágica historia del tímido y políticamente inmaduro gobernante de más de cien millones de súbditos, el cual primero dominado por su madre y después por su adorada y enérgica mujer. Fácilmente influenciable, Nicolás II no acertó muchas veces a escoger a sus ministros y a sus consejeros, muchos de los cuales fueron tachados de incompetentes o de corruptos. Por otra parte el zar era un marido devoto de su mujer y de su familia, que prefería la tranquilidad de la vida privada a cualquier cosa. Tuvo cuatro hijas, y finalmente, el heredero Alexis, que sufría la enfermedad de la hemofilia. Esta fue una de las causas de que, tanto el zar como la zarina Alejandra, se dejaran influir por embaucadores, especialmente por el disoluto y legendario Rasputín.
El desastroso conflicto con el Japón (1904-1905) creó un desorden revolucionario en toda Rusia y, aunque el zar se vio forzado a promulgar una constitución, no obstante permaneció ciego ante las necesidades reales de su pueblo. El estallido de la primera guerra mundial fue una terrible conmoción para Rusia y el principio de una guerra civil con disturbios en las calles y motines en el ejército y en la marina…
El affaire Rasputín complicó todavía más la situación de la familia imperial, abocada a un trágico final.
Los últimos zares es una apasionante narración, escrupulosamente documentada, de la vida de una dinastía y de un pueblo en los que predominaban el fatalismo y la mística trágica del destino colectivo.